Ya son dos
semanas de haber empezado el blog y la respuesta que ha tenido ha sido mas por lo que agradecer. A pesar de tener una semana sin escribir o
publicar, el blog sigue recibiendo
visitas y comentarios muy buenos. Aún faltan
detalles por pulir y, otros
tantos, por probar. Pero se trabaja en
ello. Todo ha salido de maravilla contando con el respaldo, el apoyo y la
amistad de los de siempre. Gracias por
estar aquí y gracias por no dejarme caer. Se inicia la semana y tras varios
días buscando y pensando que
escribir, esta semana empezaremos con
artículos que realmente espero les agrade y podamos compartir.
lunes, 25 de febrero de 2013
jueves, 14 de febrero de 2013
Libro de recetas de los Angry Birds.
Angry Birds ya tiene su libro de recetas. El célebre Chef
Aldo Zilli, ha presentado el libro de recetas de Angry Birds. El título de este
libro de cocina es "Bad Piggies' egg recides" Que viene a significar:
"Recetas con huevo de los cerditos malos"
Debemos advertirte que Bad Piggies Best Egg Recipes está
solo disponible en inglés y chino que, viéndolo de manera positiva, puede ser
un buen complemento para aprender o practicar inglés o chino si eres muy
valiente. Según Peter Vesterbacka Director de Marketing de Rovio. Ha explicado
que hubiera sido demasiado fácil e incluso deshonesto pasar el libro a PDF y
venderlo como una aplicación pero que han preferido hacerlo mucho más
interactivo. Por eso, aparte de las instrucciones paso a paso de las recetas,
han incluido un temporizador para la cocción de los huevos, fotos de las
recetas y un puente con las redes sociales de los usuarios para que tomen fotos
de los platos que han hecho y los compartan con sus contactos. En la App Store
por 2,69 € (o el equivalente en moneda
local),
El libro dispone de 41 recetas con huevos divididas en 4
capítulos:
1.-Eggo ergo sum
2.-Eggamaniac
3.-Eggspert
4.-Egg magic
chef Aldo Zilli
Y un último capítulo de llamado Eggstras, donde hay entre
otros una tabla de conversión.
Album Con Mas Capturas Del Libro y Recetas .
http://www.facebook.com/media/set/?set=oa.521952281189268&type=1
Album Con Mas Capturas Del Libro y Recetas .
http://www.facebook.com/media/set/?set=oa.521952281189268&type=1
miércoles, 13 de febrero de 2013
La cocina más antigua del mundo
Hace unos
años, entre los archivos de la Universidad de Yale, se “exhumaron” tres
tablillas cuneiformes –tablillas arcaicas de Uruk- del año 1600 antes de
Cristo, hasta el momento no traducidas….. y que resultaron ser cuarenta recetas
de cocina. Este descubrimiento permitió a Jean Bottéro
(Vallauris (Provenza-Alpes-Costa Azul), 30 de agosto de 1914 – Gif-sur-Yvette
(Isla de Francia), 15 de diciembre de 2007) prestigioso experto en
la civilización mesopotamica y excelente divulgador, sumergirse en la
desconocida gastronomía de esta antigua cultura…
A partir,
sobre todo, de esas cuarenta recetas, pero támbien de cartas cruzadas entre
comerciantes, devocionarios, tratados adivinatorios y de interpretación de los
sueños, listados enciclopédicos e incluso alguna obra que podría calificarse de
“literaria” , Bottéro emprende la tarea de acercarnos a esa refinada civilización,
cuya religión y cosmovisión se halla indirecta pero firmemente integrada en
el ciclo de la comida y la bebida
(comienza a nombrarse a LA CERVEZA).
Con tales
materiales, bottéro y su libro la cocina mas antigua del mundo. nos introduce en la historia y la geografía de Mesopotamia,
para después analizar las preferencias, los hallazgos culinarios y el lugar que
la gastronomía ocupaba en la vida diaria. Y lo cierto es que los cocineros y
amas de casa cuidaban hasta la presentación, una presentación suntuosa para una
cocina opulenta, a veces exquisita, capaz de dejar satisfechos no sólo al
hombre corriente, a los ricos y a los reyes, sino también a los dioses y a los
muertos.
Hace unos
años se pensaba que las primeras noticias escritas sobre la gastronomía y la
cocina habian surgido desde la época del Imperio Romano, ( derecoquinaria de
marcus apicius ) pero la realidad es que
se empezaron a escribir textos relativos a la cocina desde el mismo momento en
que apareció la escritura cuneiforme en Sumeria, alrededor del año 3000 antes
de nuestra Era. Sin embargo, no podemos aseverar que estamos ante los primeros
intentos de escribir libros de cocina pues, según los más sesudos
investigadores sobre el tema, tanto las recetas como los apuntes sobre materias
primas y utensilios que figuran en las tabletas de arcilla, estarían mucho más
orientadas hacia el control del avituallamiento y los consumos en palacios y
templos que a la voluntad de transmitir las especialidades gastronómicas
favoritas de los sumerios a las generaciones futuras.
En base a la
conjunción de ambas fuentes de información se puede afirmar sin ningún género
de dudas que los habitantes de aquella tierra consumían una gran variedad de
pescados, tanto frescos como salados, al igual que moluscos de agua dulce y dada
su especial situación geográfica -recordemos que se llama Mesopotamia
(literalmente “Entre dos ríos”) al territorio que se extiende entre los ríos
Tigris y Eúfrates-. El consumo de carne -sobre todo de cabra y oveja, asadas o
cocidas en agua o en medios grasos- se complementaba con el del cerdo, algunas
aves y otros animales como la langosta –saltamontes-, a menudo en sopas
confeccionadas generalmente con agua.
Cuando
hablamos de cocción tendremos en cuenta los diferentes modos de realizar la
transformación de alimentos. Para asar utilizaban, además de el método abierto,
como las brasas, la parrilla o los trozos de cerámica sobre los que se
colocaban las viandas, un método de asado cerrado en un horno de cúpula en el
que, el vapor que resultaba de la cocción, ayudaba a mantener los alimentos
relativamente bien hidratados. En cuanto a los recipientes, se han descubierto
en las excavaciones tanto ollas de cerámica como calderos de cobre y diferentes
utensilios y “ollas”, lo que hace pensar en que los sumerios ya tenían la idea
de lo que era una cocina. En cuanto al refinamiento de esta civilización,
apuntaremos que utilizaban diferentes moldes para mejorar la presentación de
las viandas en la mesa de los comensales.
También eran
grandes consumidores de cereales, sobre todo cebada con la que, además de unas
trescientas clases de panes diferentes, también fabricaban cervezas de
distintas clases, e incluso se cita en las tablillas una especie de cerveza
negra. Otros tipos de bebidas alcohólicas se fabricabas a partir de la
fermentación de mostos extraídos de las uvas, los higos, el níspero o los
dátiles.
Las cervezas
consumidas en Mesopotamia tenían una gran variedad de graduaciones alcohólicas
y cuyos nombres, “cerveza de buena calidad”, “cerveza que gusta a las mujeres”,
“cerveza vieja” o “cerveza buena”, daban idea de a quién iban destinadas. La
cerveza se consumía individualmente o en grupo, bebiendo todos del mismo
recipiente, con ayuda de una cañita larga y fina la cual, al tiempo que actuaba
como filtro para evitar que las impurezas llegasen a la boca, potenciaba los
efectos del alcohol. En lo que respecta a las más de trescientas clases de
panes diferentes con y sin levadura, las masas se confeccionaban añadiendo al
salvado –harina de cebada- o a otras harinas, diferentes cantidades de agua,
cerveza, miel, aceite o leche, añadiéndole a veces especias o frutas secas e
incluso rellenándolos.
En cuanto a
los vegetales, pepinos, nabos, algunas raíces, setas, ajos y puerros,
acompañaban a la cebolla que era la base de su dieta y, para sazonar sus
comidas, utilizaban, entre otras semillas picantes, la mostaza, el cilantro, el
comino y, como no es de extrañar, el sésamo. Se solían consumir cocidos, asados
o crudos, aderezados con aceite de oliva u otras grasas vegetales.
Debido a los
pocos datos que todavía se tienen sobre esta civilización, se puede concluir
afirmando que los sumerios consumían muchos más alimentos de los que hemos
citado; pero a la espera de futuras excavaciones que confirmen fehacientemente
este hecho, todos cuantos se han citado en este artículo, se ha probado que
eran utilizados de manera habitual en las cocinas de aquel entonces.
La brevedad
que exige el espacio del que se dispone en “La Alcazaba”, no permite detallar
extensamente cuanto sabemos sobre la cocina en Mesopotamia pero, para los más
curiosos, se puede incluir en esta breve reseña una receta de aves pequeñas,
reseñada por Bottéro, por si alguien está interesado en degustar lo que comían
los moradores de aquella zona hace más de cincuenta siglos.
RECETA PARA
AVES
Una vez
limpias las aves, cortar mollejas y asaduras, lavarlo todo y secarlo bien.
Poner todo en un caldero y llevar al fuego. (La receta no indica si en seco,
con agua o con grasa aunque en la prueba que he realizado, basándome en el paso
posterior de la misma, las he puesto con un poco de aceite de oliva). Cuando
estén tostadas se saca del fuego, se añade agua fresca para desleír los jugos
de la cocción, se añade un chorro de leche y se vuelve a poner todo en el
fuego. Cuando hierva, sin sacar del fuego el recipiente, se retiran del caldero
todas las piezas, se salan y se vuelven a poner en el caldero añadiendo aceite.
Se sazona con un poco de ruda y, cuando vuelva a hervir, se añade puerro, ajo y
un poco de cebolla, añadiendo después un poco de agua.
Mientras se
deja hervir (aconsejo que a fuego muy lento), se lava bien una buena cantidad
de trigo machacado, se remoja en leche y se añade salmuera, puerro y ajo junto
con la leche y el aceite que sean necesarios para confeccionar una masa que se
presenta al fuego y se divide después en dos mitades, Bottéro deduce que es
para hacer una especie de pan ácimo, y el otro trozo se deja mojando en leche.
Para
presentar a los comensales, se pone en una bandeja de barro una cantidad de la
masa y se lleva al horno. Lo mismo se hace con la otra que habrá reposado en la
leche durante unos minutos. Una vez hechas, se espolvorea encima de la masa
asada una mezcla de ajo, puerro y cebolla, se colocan las aves encima, se les
añade el jugo de cocción por encima y se cubren con la masa asada que se había
remojado en leche.
José Manuel
Mójica Legarre Cocinero y Historiador .
Biblioteca de Yale .
jueves, 7 de febrero de 2013
Cuando la Fuerza te Acompaña
La idea de crear este blog surgió hace un par de años cuando
varias personas me hacían saber el deseo de conocer de temas que se dan en este
lado del planeta y que por uno u otro motivo no siempre lo pueden tener a mano.
Igualmente querer compartir todo lo que a lo largo de 6 años he podido vivir y
descubrir estando tan lejos de nuestro país. Gracias a las personas que me han
estado acompañando y soportando desde que inicie este viaje.
Viejo amigo. Que la Fuerza te acompañe»
―Obi-WAN Kenobi a su Padawan Anakin Skywalker, antes de
viajar a Utapau.
"Que la Fuerza te acompañe" era una frase para
desear suerte, generalmente cuando los individuos separaban sus caminos, o uno
de ellos se disponía a enfrentarse a un desafío inminente. La frase implicaba
que el hablante deseaba que el poder de la Fuerza estuviera trabajando junto a
la persona en cuestión para que sus objetivos fueran conseguidos con mayor
eficacia.
Carne de Cerdo a Baja Temperatura
Recuerdo hace aproximadamente 10 años cuando trabajaba en un hotel en San José
y tenía un Jefe de Cocina del cual aprovechaba cada ocasión que tuviese para
hacerle preguntas. En una de esas le pregunte que cual era el término preferido
de él. con respecto a la carne de cerdo
y poniendo una cara de asombro me dijo que dicha carne solamente se podía comer
bien hecha por el miedo a alguna enfermedad que pudiera transmitir dicha carne.
Yo seguí convencido que se podría comer más que todo al gusto del cliente en
fin han pasado los años y quizás hace unos 5 descubrí que si se podía comer y
era cocinándola a baja temperatura. Hace
unos meses salió un estudio del departamento de agricultura de EE.UU, el
estudio básicamente ha bajado la
temperatura mínima recomendada para cocinar la carne de cerdo en 9.5C. Esto
puede no parecer digno de un crujido para nuestro paladar, pero para muchos
cocineros lo podemos comparar como una victoria de la luz sobre las antiguas
fuerzas del prejuicio y la ignorancia.
pluma y salsifi : Jorge Breton. Restaurante la Sucursal
Desde que la ciencia se ha incorporado en la cocina la cantidad de puertas
que se han abierto son tan amplias como queramos o las trabajemos. Esta revolución
de la ciencia en la cocina nos permite por ejemplo alejar miedos a enfermedades
como la triquinosis. La misma ciencia nos permite utilizar en la carne de cerdo
las mismas temperaturas que los cortes enteros de carne de res y de
cordero.
La ciencia es bastante simple. El colágeno que compone la mayor parte
del tejido conectivo de carnes empieza a romper y disolver aproximadamente a la
misma temperatura que las bacterias como E. colorir en números
considerados seguros - también conocido como la temperatura de
pasteurización. Eso es alrededor de 55 º C - cocinado a esa temperatura
durante determinadas cantidades de carne de tiempo puede ser invocado para
obtener que la carne quede menos dura y más saludable. Todavía mantiene el
oxígeno, y sus jugos no se evaporan mucho: se logra más sabor y el color se
mantiene.
Putxero Valenciano
Son pocas las ocasiones en que puedo decir que la visita
a un restaurante me llena de alegría, de entusiasmo y admiración. En este caso,
por invitación de un gran amigo Paco, acudimos al restaurante La Cigrona, ubicado en Calle Serranos número 22. Llevaba
días de
haber recibido dicha invitación y hoy por fin pudimos visitarles. Llegue
en compañía de Jessica y de nuestro pequeño hijo Fabián -quien no pudo ir al
cole por estar enfermo pero que no quiso perderse el ver a paco y el
restaurante-. Días atrás paco me había comentado acerca de este plato llamado
un putxero (al estilo de la ribera) el
cual iban a preparar ese día como todos los miércoles . En otras ocasiones
había escuchado de él, pero jamás lo he preparado ni siquiera he estado
presente en su preparación. Hoy por fin tuve esa dicha.
Llegamos al restaurante
pasadas las 9:30 am y ya estaban trabajando en el mismo. Sin perder más
tiempo Paco nos presentó al personal de cocina: Lorenzo, jefe de cocina; y Mari Carmen, encargada de la mesa fría y postres. Debo de
admitir que conocer a Lorenzo y compartir algunas horas junto a él y su
equipo de cocina me ha revivido las ganas de aprender. Él es un
cocinero dedicado, con un orden
minucioso en su hacer, con un gran don para explicar y con un conocimiento enorme
sin miramientos para compartir. De escucharlo mientras me explicaba el
plato pude notar ese amor por la cocina y la experiencia de los años metido en
fogones. Su filosofía de cocina que es
algo que desgraciadamente se está perdiendo. Pero gracias a su perseverancia,
puedo decir que cocineros como él aún se
mantienen y se perfeccionan.
Me contaba Lorenzo
que el putxero es tradicional de la
Ribera . Este plato lleva una preparación de más o menos 4 horas
a fuego lento, para que las verduras y las carnes se hagan y desprendan sus sabores. A pesar de ser una preparación
lenta, el cuidado que se debe tener
mientras se realiza es grande dado que
al final tanto las verduras como la carne deben quedar en su punto.
Mientras pasaban las horas, hablaba con Lorenzo acerca de los platos que
lastimosamente se han ido perdiendo debido al poco interés o la falta de
conocimiento de las generaciones actuales. Echamos un vistazo a la carta del
restaurante, la cual incluye platos muy
llamativos y agradables a la vista. Me llamó de sobremanera el Rissoto con
boletus y Magret de Pato de La Albufera,
el Sgarraet con Jamón, la Sepia a la Plancha con Mayonesa Negra y Salsa
Mery. Estos son solo algunos de los
platos que se pueden degustar allí, pero
la oferta es tan amplia y bien escogida, que la experiencia de comer
aquí será más que placentera.
El Putxero Valenciano
El precursor de los cocidos y pucheros pudiera ser casi
sin ninguna duda la Dafnah (Adafina), el cual se trataba de un cocido de garbanzos y cordero,
que realizaban por los judíos sefarditas
en una olla de barro y comían durante el
Shabat – es decir, el séptimo día de descanso, desde el atardecer del viernes
hasta la noche del sábado- .
Ya para el siglo XV
se hace referencia a este tipo de cocido, pero se le conoce como el
nombre de olleta adefina. Aparece en cantares populares y referencias
literarias como "Crónicas de los Reyes Católicos" de Andrés Bernáldez
(historiador y capellán en 1450). A pesar de ser un cocido exclusivamente a
base de cordero, ovejas y carneros, legumbres y vegetales, con el paso de los
años y tras la reconquista de España por los católicos entre el siglo XIII y el
XV, se van creando nuevas versiones. Ya se encuentra arraigado en el país, pero se difunde por toda la gastronomía española
con nuevas variaciones.
A partir de este momento, se denomina al cocido
"Olla podrida", posiblemente
debido a la fuerza de sus ingredientes, por su fuerte sabor o por la
dificultad en digerir todos sus elementos. La primera cita de este plato con su nuevo nombre proviene
del monje franciscano Antonio de Guevara a principios del siglo XVI.
Actualmente en la huerta valenciana perdió el nombre de olla y lo cambio por el de puchero, por ello
recibe ambos nombres en función de donde se cocine.
En función de las zonas geográficas se introducen la utilización de nuevos
ingredientes como gallina, conejo, liebre, perdiz, vaca. Pero especial
referencia merecen tres ingredientes importantes. En primer lugar se encuentra el cerdo, pues este era uno de los
ingredientes que la "Torá",
las reglas judías de consumo, no
permite, al igual que los derivados del porcino que hoy en día conocemos. Los
garbanzos del puchero, traídos a España por los fenicios, son considerados
ingredientes imprescindibles para un buen cocido pues, han sido durante siglos
el único sustento diario para matar el hambre.
Por último, la patata, que es traída por Cristóbal
Colón en 1492 tras el descubrimiento de
América por los Españoles, se incorpora también a los cocidos de la época, pues
era de fácil cultivo y conservación, estaba disponible todo el año, y con poca
elaboración, combina con cualquier cosa.
En la elaboración de la olla valenciana, como casi todos
los pucheros, se diferencian las partes del servicio por tandas o vuelcos. Es
decir, primero se come el caldo con arroz o fideos; segundo se come las verduras, y tercero la carne. O bien,
se junta la segunda tanda con la tercera - verduras y carne a la vez-.
Por defecto y puesto que esta es tierra de arroces (implantado una vez más por
los árabes en la Albufera en el siglo VIII), la sopa del puchero deberá hacerse
con arroz. Él puchero valenciano es un plato exuberante, casi tan barroco como
la fachada del palacio del Marqués de Dos Aguas, graso en los tiempos en que la
carne era un símbolo de ostentación. El puchero no es un plato rural, es un
plato urbano y necesita de la garreta o de
la carne de ternera. En muchos pueblos del interior valenciano la carne
de res ha sido algo excepcional hasta hace bien pocos años.
Ingredientes:
(Para 6 personas)
500 gr de garbanzos secos, pesados antes de remojar, y
remojados desde la víspera solo con agua
3 nabicoles medianos (También llamados Colinabos)
3 nabos
3 chirivías
6 carlotas grandes
1 col rizada pequeña
1 boniato
1 trozo de calabaza
12 patatas medianas
1 ramita de apio
Cardo
1 manita de cerdo
Huesos de corbet de cerdo
Huesos de ternera (rodilla y caña)
150 gr de tocino blanco fresco (sin salar)
¼ de Kg de magro de cerdo en un trozo
½ de Kg de garreta de ternera en un trozo
½ gallina (en su defecto, medio pollo, pero no es lo
mismo su sabor)
3 morcillas de cebolla oreadas
Para las pelotas
½ kg de magro de cerdo picado
50 gr de manteca de cerdo
c/n de pan rallado
50 gr de piñones
3 huevos
Sal
1 Manojito de perejil
Canela
Para la sopa de arroz
300 gr de arroz
1 manojito de perejil
6 hebras de azafrán o un sobrecito de Colorante
Elaboración:
En dos peroles bien grandes, para que no solo quepa todo
sino que podamos hacer mucho caldo, pondremos en uno toda la carne y en el otro
la verdura. Coceremos a fuego suave hasta que la carne este tierna, no menos de
dos ½ horas. Iremos cambiando parte de los caldos a cada perol, con el fin de
que se vayan juntando los sabores.
En una cazuela aparte pondremos parte de cada uno de los
caldos y añadiremos a continuación los garbanzos y las patatas cuidando de que
arriba del todo queden las patatas, luego el azafrán o el colorante y la sal al
gusto para poder rectificar hacia el final del guiso. Hay que tener en cuenta
siempre que el putxero no se remueve nunca, ni al servirlo.
Llenaremos luego el perol con agua casi totalmente,
dejando solo lo justo para que no se salga al hervir, y lo ponemos sobre fuego
fuerte. Tan pronto arranque a hervir, reducimos el fuego bastante para que la
cocción se haga sin excesos de evaporación, pues deberá estar así unas dos
horas por lo menos, tapamos el perol y dejamos...
Mientras, prepararemos las pelotas. Cortamos muy fino el
perejil.
En un bol de vidrio, ponemos la carne picada, y sobre
ella el pan rallado, la manteca, los piñones, el perejil, los huevos, la sal al
gusto y un poquito (como una punta de cuchillo) de canela. Amasaremos todo bien
con las manos hasta que esté completamente homogéneo. Luego, nos pondremos
harina en las manos para que no se nos pegue la masa y la dividiremos en seis
partes formando con cada una de ellas una pelota, que dejaremos reservadas y
preparadas.
Cuando estemos ya a bastante más de media cocción,
podemos echar las pelotas sobre los demás ingredientes, junto con las
morcillas, procurando que queden cubiertas por el caldo lo más posible, y
tapamos.
Cuando ya termine la cocción, unas dos horas o un poquito
más, sacaremos el perol del fuego.
En una olla aparte, pondremos abundante caldo que
habremos sacado del putxero en ese momento y la pondremos al fuego de nuevo,
cuando empiece a hervir, ponemos el arroz y removemos hasta que arranque de
nuevo el hervor. Sobre él dejaremos caer el manojito de perejil al que solo
habremos recortado los rabos casi hasta las hojas. El arroz estará en su punto
en 15 minutos. Deberemos servirlo enseguida y muy caldoso. A mucha gente le
gusta comerse el perejil, pero si no, adorna el plato y se puede apartar al
estar entero.
Mientras cuece el arroz, serviremos el putxero poniendo
la verdura en una fuente, la carne en otra, y los garbanzos en un plato hondo,
todo sobre la mesa, y que cada uno se sirva lo que quiera y en el orden que
quiera
lunes, 4 de febrero de 2013
Trufas de Chocolate
Cuenta la leyenda que la trufa de chocolate fue creada el
28 de diciembre de 1895, para las fiestas de Navidad y por el pastelero Louis Dufour, en Chambéry
Francia. Se dice que ese día El señor Dufour miró el almacén de su tienda y
comprobó que estaba vacío Se acercaba el fin de año y no tendría nada que
ofrecer a la gente que acudiría a comprar golosinas para las fiestas. Dejando
de lado la posibilidad de comprar chocolate a otro fabricante, el pastelero se
puso a trabajar con ingredientes muy sencillos: chocolate oscuro, crema y cacao
en polvo. La sencilla mezcla de los dos
primeros ingredientes , cobijada con el polvo del cacao daría origen a las
primeras trufas de la historia. Su aspecto irregular y rústico está en el
origen de su nombre "trufa" en referencia al ilustre hongo del
Périgord.
Cada país tiene su propio ingrediente característico que
da a sus trufas de chocolate un sabor único. Las trufas alemanas, por ejemplo,
incluyen frecuentemente mantequilla, mientras los españoles, amantes del chocolate,
prefieren sus trufas con un contenido más alto de cacao.
Las trufas son un producto perfecto para aprender a
manipular chocolate porque son fáciles de hacer y el resultado es tan
gratificante que le animará a aventurarse más en su exploración por el chocolate.
Las trufas de chocolate son fáciles de hacer, deliciosas al gusto, y
¡encantadoras para presentar!
Existen muchos
tipos de chocolate trufas hoy en día, que van desde los básicos y originales
a la semi-dulce para el licor. La diferencia en la realización de la
ganache lleva a la extrema variedad de la trufa de chocolate. Hay tres tipos
principales de trufas de chocolate: americano, suizo y europeo. Estos tipos
varían, tanto en el método de producción de la ganache, así como en los
ingredientes básicos utilizados para la ganache. Mientras que el estadounidense
de trufa de chocolate es esencialmente básica con leche y chocolate negro, la
versión europea utiliza jarabe espeso de cacao en polvo y mantequilla. El tipo
suizo es completamente diferente y hace uso de crema de leche, lo que reduce
drásticamente su vida útil.
La receta básica de trufas de chocolate
Preparación: 20 min
Cocción: 0
Ingredientes (para 40 trufas aproximadamente):
300 g de chocolate de buena calidad
20 cl (o 2/3 + ¼ de taza) de crema dulce o nata líquida
con un 35% de materias grasas
40 g (1/3 de taza) aproximadamente de buena mantequilla
no salada (de calidad)
cacao en polvo (para bañar)
Preparación:
La víspera: funde el chocolate al baño maría. Hierve la
Crema Dulce o Nata en una olla y añade el chocolate fundido (con el fuego ya
apagado).
Mete esta mezcla en la nevera para el día siguiente.
El mismo día: funde la mezcla al baño maría. Incorpora la
mantequilla. Déjalo enfriar hasta que se forme una pasta dura.
Haz bolitas y cúbrelas con el cacao en polvo.
La trufa y algunas variantes...
¿Por qué limitarse únicamente a las trufas bañadas en
cacao?
Dale a tus trufas un aspecto festivo y original,
envolviéndolas de color. Es posible cualquier color del arco iris, ¡sólo es
necesario que el revestimiento sea comestible!
La trufa para Navidad: De color marrón u oro con el polvo
de praliné o polvo de oro.
La trufa perfumada: De color violeta con pétalos de
violetas cristalizados y pulverizados.
La trufa tea-time: De color verde con pistachos verdes
crudos mezclados o con polvo de té verde matcha cuidado los dos son un poco
amargos, puedes mezclarlo con un poco de azúcar glas.
La trufa pura: De color blanco con coco rallado o azúcar
glas.
La trufa con maní: De color beige con maní machacados.
Debes saber: Si deseas perfumar las trufas dispones de
dos soluciones: espécialas con canela, en polvo, pimienta de Szechuan,
jengibre... o aromatízalas con aromas naturales de vainilla o de cítricos.
Conservación
Para conservar las trufas el mayor tiempo posible lo
mejor es ponerlas en una caja hermética cerrada y dejarla en la nevera o en un
lugar fresco y sin olor. De esta forma, podrás guardarlas de 2 a 3 semanas. Y
para una mejor degustación no olvides ponerlas un poco al aire antes de
degustarlas.
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